sacaba mi cabeza por la ventanilla. traía en mi ropa un
nuevo olor impregnado.
enamorado del viento que golpeaba en mi cara, ésa mañana
me dejé llevar. me gustaba todo. . mis ojos brillaban.
el colectivo era testigo de ésas nuevas sensaciones, las calles también sonreían.
la gente desaparecía y yo respiraba ése aroma azul: puro, nuevo.
me hácía sentir tan bien. cada viaje cambiaba de color, pero el
aroma seguía intacto.Algo me seguía o yo seguía ése algo.
quizás las ventanillas no estaban demasiado abiertas,
quizas tocaron muchas veces el timbre, sinceramente no escuché.
me apresuré a sentir todo muy rápido, y de golpe:
terminal La Cabaña-172
domingo, 26 de julio de 2009
domingo, 19 de julio de 2009
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